Un mal uso de la batería, no revisar las aplicaciones que descargamos o evitar actualizaciones del software son solo algunas de las malas praxis que Grupo Next te desvela en este artículo.
¿Cuidamos nuestro teléfono móvil todo lo que debemos? Esta es una pregunta que todos nos hemos hecho el algún momento y que realmente no sabemos responder a ciencia cierta.
Así, aunque la actividad de un terminal esté limitada a tan solo unos pocos años, en muchas ocasiones por la ya conocida obsolescencia programada, lo cierto es que nosotros mismos seguimos una serie de rutinas y prácticas dañinas, las cuales pueden acortar rápidamente la vida útil de nuestro teléfono.
1. Evitar las nuevas actualizaciones del sistema operativo
Seguro que en muchas ocasiones has recibido notificaciones en tu móvil para actualizar el software del dispositivo. Sin embargo, un trabajo tan sencillo como optimizar su rendimiento con solo un clic es ignorado por muchos de nosotros.
¡No te preocupes! Esto no va a hacer que tu teléfono deje de funcionar, pero si provocarás que pierda mucho valor con el tiempo. Así, entre los beneficios que obtenemos al actualizar el software de nuestro dispositivo podemos encontrar:
- Mejorar la seguridad del terminal
- Protegerlo frente a virus
- Asegurar que las aplicaciones sigan siendo compatibles
- Novedades en el dispositivo
2. No proteger la batería de tu móvil
Es posible que la batería sea el componente más perjudicado y que antes se deteriora de nuestros teléfonos. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, tenemos que echar la culpa a malas prácticas y descuidos que nosotros mismos tenemos con ella.
De este modo, teniendo en cuenta las nuevas baterías de litio, uno de los hábitos más recomendables es cargar el móvil entre un 20 y un 80%, según datos abalados por expertos como Apple y Tesla.
En este sentido, lejos queda el agotar nuestra carga o esperar a que se llene por completo, ya que esto no es beneficioso y acortaría la vida útil de nuestros terminales.
¿Cuál es la explicación a esta práctica? Pues bien, la vida de nuestras baterías se mide por ciclos de carga, esto quiere decir que el terminal deja de funcionar de manera óptima una vez que la batería ha sobrepasado las 300-500 cargas completas.
No obstante, si llevamos a cabo esta medida y no completamos los ciclos, estaremos conservando la batería de nuestro terminal, prolongando su vida útil durante unas cuantas cargas más.
3. Desinstala las aplicaciones que no utilizas
Hoy en día, la capacidad interna de los móviles ha pasado a ser un problema que queda en segundo plano. No obstante, aunque ya está casi estandarizado el espacio de 128 GB en los smartphones (un espacio más que aceptable), lo cierto es que no podemos relajarnos a la hora de hacer limpieza en nuestro dispositivo.
Aplicaciones preinstaladas que nunca utilizas, juegos a los que ya no haces caso u otras apps pesadas que apenas usas: todo ello hará que se apropien de la memoria RAM de tu dispositivo y se ralentice de manera considerable.
4. No revisar los permisos de las aplicaciones que descargas
Constantemente descargamos aplicaciones que, ya sean más o menos necesarias, lo cierto es que todas exigen una serie de permisos que consentimos casi a ciegas.
En ocasiones aceptamos términos y condiciones que, por desidia a leernos grandes textos con letra pequeña, hacemos caso omiso, sin saber realmente que puede llegar a convertirse en una intromisión a nuestra intimidad.
Así, entre estos permisos puede concederse el acceso a tu galería de fotos o la cesión de datos personales que, posteriormente, podrían venderse a terceros. Por esta razón es de vital importancia revisar estas conformidades y autorizar solo aquellas que creamos necesarias, por cuestiones de seguridad y privacidad.
Es muy importante ser conscientes de los malos hábitos que tenemos con nuestro smartphone, así podremos corregir errores y alargar la vida de los teléfonos. Y tú, ¿cometes alguna de estás prácticas con tu móvil?